Camerun – Okkerman-caso

Una recuperacion de un niño de Camerún a Holanda.

Observación: Este caso fue tratado en colaboración con una organización estadounidense. Por favor, contáctenos para más información.

Nos contactaron con respecto a un caso de una holandesa cuyo hijo fue secuestrado por su ex novio africano, procedente de Camerún. El hijo fue secuestrado durante una visita sin supervisión y llevado a África. Quedamos con la madre y su grupo de apoyo en los Países Bajos. Después de una entrevista larga y una evaluación de su situación decidimos encargarnos de su caso. Primero asistimos a la madre a llenar un extenso informe de policía neerlandesa, juntando todos los documentos relacionados a la nacionalidad, residencia habitual y la custodia del niño. Nuestros expertos neerlandeses de Convenio Internacional de la Haya se encargaron de traducir, certificar y autenticar todos los documentos. Como Camerún no es signatario del Convenio de la Haya nuestro equipo legal se centró únicamente en las leyes internacionales en materia de sustracción de menores. En el pasado la madre había tenido una relación con el padre del hijo sólo durante un año en lo que vivieron juntos. Después, en los años siguientes, el padre sólo había mantenido un contacto casual con su hijo, nunca pagó pensión alimenticia ni ayudó en el mantenimiento del niño. Había visitas pero solían ser una vez al mes y sólo por un par de horas. No hace falta mencionar que su relación era una de conflictos y discusiones en cuanto a todos los aspectos relacionados con el niño. El padre había amenazado en varias ocasiones a lo largo de varios años para llevar el niño a África si no se le dieron acceso y visitas. Se creía que el padre había esperado hasta que su hijo había llegado a una cierta edad, de siete años, en lo que el niño podía viajar y vivir con él en África sin la asistencia de una pareja femenina.

Nuestro socio estadounidense viajó a Camerún y trató de establecer contactos con la Embajada de los Países Bajos y solicitar su asistencia en el retorno del menos bajo la ley internacional. Este intento no tuvo éxito dado que el embajador neerlandés se negó a asistir en cualquier forma con excepción de declarar que él y la embajada estaban preocupados e interesados en ayudar. Después de varios días se hizo evidente que asistencia por parte del embajador o la embajada neerlandesa no sería proporcionada. Nos pusimos en contacto y pedimos la ayuda de nuestros contactos en la embajada de Estados Unidos y la policía nacional de Camerún. Nuestro socio estadounidense había trabajado en Camerún en el pasado y todavía contaba con una red sólida de socios y contactos. Después de dos semanas de duro trabajo en Camerún, el niño y su padre fueron localizados. El padre declaró que “tenía el derecho de llevar al menor” porque él era el padre. Después de su arresto y detención seguía insistiendo en que, como padre, podía hacer lo que sentía era en el mejor interés de su hijo. Decía que no era posible vivir con la madre de su hijo por lo que tomó la decisión de regresar a su país con su hijo. Aplicando la ley de Camerún, y con la asistencia profesional de la embajada de Estados Unidos y la policía nacional de Camerún y la asistencia dedicada de dos inspectores de policía de alto rango de Camerún fuimos capaces de traer a la madre desde los Países Bajos y reunirla con su hijo.

Dentro de las 24 horas desde el momento en que  la madre se reunió con su hijo ya estaban en vuelo de regreso a los Países Bajos.

CEIS