Bangladesh – Begum-caso
Una recuperacion de un niño de Bangladesh a Holanda.
Para los visitantes de este sitio web,
En 2002 mi hijo fue secuestrado a Bangladesh por mi ex esposa. Las autoridades locales e internacionales pasaron muchos meses intentando recuperar a mi hijo, pero sin resultado alguno.
Después de haber recibido algunas cartas MUY dramáticas de mi hijo desde Bangladesh en las que me suplicaba de venir por él, decidí contactar un experto. Varias organizaciones nacionales e internacionales me le habían recomendado; el fundador de CEIS. Conocí al Sr. Hoogkamer y desde el principio resultó una persona muy especial.
Sr. Hoogkamer, quien también había sido víctima de un secuestro internacional de menores, lograba recuperar a sus propios hijos por sí mismo y después se dedicó a ayudar a otros padres que quedaron atrás solos. Resultó ser una persona con quien puedes contar día y noche. Siempre tenía tiempo para escuchar mis emociones más profundas y mi tristeza.
Lograba encontrar el equilibrio perfecto entre el soporte emocional y el enfoque práctico para realizar el retorno de mi hijo. El Sr. Hoogkamer permanecía en Bangladesh durante semanas. Mi caso fue muy complicado. Me sorprendía que él negociaba personalmente con las autoridades locales más altas en Bangladesh. Trabajaba junto con la embajada holandesa y aseguraba que mi hijo regresaría de nuevo a mí, a pesar de los muchos problemas que encontraba en el camino porque mi ex esposa se oponía en todas las formas y frentes.
Ahora mi hijo funciona bien en la escuela. Nunca olvidaremos lo que pasó en Bangladesh y cómo todo terminó bien, gracias al Sr. Hoogkamer. Estoy firmemente convencido de que sin la ayuda de CEIS y su red de contactos mundialmente mi hijo nunca hubiera regresado. ¡Dado que no existen tratados entre Bangladesh y los Paísos Bajos!
Desde entonces el Sr. Hoogkamer y yo nos hemos convertido en amigos de por vida. Le puedo recomendar altamente los servicios y experiencia de CEIS, sobre todo porque está dispuesto a continuar hasta cumplir con su meta. Incluso cuando todo parece estar en contra.
Un saludo cordial,
¡Un padre feliz!